Somos una Familia, quienes bajo la guía del Espíritu Santo unimos nuestros propósitos para formar una comunidad, donde practiquemos y desarrollemos las bondades de una Iglesia Viva.
Nos relacionamos con personas de forma individual y o colectiva a través del mensaje del Evangelio con el fin de proporcionarles recursos espirituales, para mejorar la calidad de vida.
NO SE TRATA DE NOSOTROS
Todo es para él. Todo lo que hacemos es por y por Jesús. Amar y servir a quien es el centro de todo. Cuando la iglesia se acerca a nosotros, perdemos de vista lo que realmente importa. Así como Jesús no vino para ser servido, sino que vino a servir, queremos vivir nuestras vidas de la misma manera; no hablar de nosotros, sino de Jesús.
TU PERTENECES AQUÍ
Perteneces aquí antes de creer aquí. Todos son bienvenidos en Iglesia Elim. Nos esforzamos tanto por vivir de acuerdo con esto que La iglesia es un lugar donde todos son bienvenidos y todos pertenecen. Esperamos y oramos para que al visitar la Iglesia Elim, realmente se sienta como si perteneciera.
LA EXCELENCIA ES TU BÚSQUEDA
En todo lo que hacemos, queremos hacerlo como si lo estuviéramos haciendo para Jesús. todos los detalles importan. En cada ambiente, en cada área, queremos prestar atención a los detalles. a medida que aportamos excelencia, otros serán bendecidos y todos podrán experimentar un entorno de excelencia.
CREAMOS CULTURA, NO LA SEGUIMOS
En pocas palabras, no estamos llamados a seguir los patrones o la cultura de la sociedad actual. Estamos llamados a vivir a un nivel más alto; para crear cultura. En Iglesia Elim, valoramos una cultura sana y santa. Al luchar por esto, podemos vivir con todo el potencial que Dios ha planeado para nosotros.
NOSOTROS SOMOS MEJORES JUNTOS
Amamos nuestro mundo, nuestra ciudad y nuestra comunidad. Amamos a personas de todas las edades, antecedentes, historias, colores, formas y tamaños. No estamos llamados a hacer la vida solos, sino que estamos llamados a hacerlo juntos. Nuestra prioridad es que las personas sepan que nunca están solas. A medida que uno de nosotros crece, todos crecemos. Nos animamos mutuamente a vivir mejor que ayer.
TENEMOS LA BENDICIÓN DE SER UNA BENDICIÓN
La generosidad nos abre los ojos a las necesidades que nos rodean. La generosidad cambia nuestra cosmovisión y expande nuestro mundo. Saca lo mejor de todas nuestras vidas. Queremos vivir vacíos para que alguien más pueda estar lleno. Al vivir nuestras vidas con una mano abierta y un corazón generoso, Dios no solo nos bendice, sino que bendice a otros a través de nosotros.